Cuando contratamos un seguro — de auto, vivienda, vida u otro tipo — se pueden llegar a cometer errores (en caso de no contar con expertos en el tema) que pueden costarnos mucho dinero, dejar brechas en protección, o generar frustraciones al momento de enfrentarnos a un siniestro.
En esta primera parte te compartimos los errores más frecuentes y cómo asegurarte de evitarlos.
No comprender bien qué necesitas (subaseguro vs. sobreaseguro)
Muchas personas contratan la cobertura mínima legal o la más barata posible sin evaluar su situación personal, bienes, deudas, responsabilidades familiares, etc. Esto puede resultar en subaseguro: en caso de pérdida, no estarás cubierto al nivel que necesitas. Por otro lado, pagar coberturas excesivas que realmente no necesitas puede ser un gasto innecesario (sobreaseguro).
Cómo evitarlo:
- Haz una lista de tus bienes, deudas y responsabilidades.
- Piensa en posibilidades, riesgos específicos de donde vives (clima, ubicación, riesgos naturales, etc.).
- Consulta con un agente o asesor profesional que te ayude a comprender lo que realmente necesitas.
Basarte únicamente en el precio
Escoger la póliza más barata puede dar un alivio al pagar su valor, pero muchas veces implica mayores deducibles, exclusiones amplias, menor servicio al cliente, o compañías con baja reputación.
Cómo evitarlo:
- Compara varias cotizaciones no sólo en precio, sino en cobertura, reputación de la aseguradora, tiempos de respuesta, condiciones para el reclamos, exclusiones.
Ignorar cláusulas, exclusiones y límites
Muchas pólizas tienen exclusiones (lo que NO cubren), límites por tipo de daño, deducibles, condiciones especiales (por ejemplo: ciertos desastres naturales, inundaciones, terremotos). Si no revisas estos detalles, podrías pensar que algo está cubierto cuando no lo está.
Cómo evitarlo:
- Lee completamente las condiciones de las pólizas antes de autorizar la emisión: límites, deducibles y exclusiones.
- Haz preguntas específicas al agente: ¿Qué no está incluido?, ¿Qué pasa si esto sucede?
No actualizar tu póliza ante cambios en tu vida
hogar, tener coche nuevo, etc.). Si mantienes la misma póliza sin revisarla, podrías estar pagando de más, o peor, no estar cubierto adecuadamente.
Cómo evitarlo:
- Revisa tu seguro al menos una vez al año o cuando ocurra un cambio importante en tu vida.
- Informa a tu agente sobre cambios relevantes: domicilio, número de conductores, valor de bienes, mejoras en vivienda, etc.
Evitar estos primeros errores es clave para que tu seguro cumpla su verdadero propósito: protegerte a ti, a tu familia y a tu patrimonio.
En la segunda parte exploraremos otros puntos igual de importantes que debes considerar antes de contratar tu póliza.


