En México, viajar también es una forma de honrar la vida.
Cada noviembre, miles de personas se desplazan por todo el país para reencontrarse con su familia, visitar los cementerios, encender velas y colocar flores sobre las tumbas de quienes ya partieron.
Desde los coloridos altares de Oaxaca, hasta las ofrendas flotantes de Pátzcuaro, el Día de Muertos nos recuerda que los lazos de amor no se rompen, sólo cambian de forma.
Pero entre caminos, carreteras y aeropuertos, también hay algo que debemos recordar: la vida sigue, y protegerla en cada trayecto es una forma más de celebrar su valor.
Ahí entra el seguro de viaje, ese aliado silencioso que te acompaña cuando menos lo esperas.
La tradición se viaja
El Día de Muertos no se celebra igual en todos lados, y eso es precisamente lo que lo hace tan especial.
En Janitzio, Michoacán, las familias cruzan el lago en canoas iluminadas con velas para acompañar a sus seres queridos.
En San Andrés Mixquic, los panteones se llenan de luz, música y rezos.
En Oaxaca, las calles se visten con tapetes de cempasúchil, comparsas y altares monumentales.
Y en Huaquechula, Puebla, los altares alcanzan los tres pisos, simbolizando el cielo, la tierra y el inframundo.
Cada una de estas tradiciones implica movimiento: gente que viaja para regresar al pueblo, para reencontrarse con su historia, para honrar la memoria.
Y en ese movimiento, también hay riesgos que muchas veces no contemplamos — una enfermedad repentina, un retraso de vuelo, una pérdida de equipaje o un accidente en carretera—.
Viajar con un seguro de viaje no significa esperar lo peor, sino estar preparado para seguir celebrando la vida sin preocupaciones.
Donde la vida y el camino se cruzan: cómo te protege un seguro de viaje
Un seguro de viaje es mucho más que un requisito para salir del país. Incluso dentro de México, puede marcar la diferencia entre resolver un imprevisto… o convertirlo en un gasto inesperado.
Porque si algo nos enseña el Día de Muertos, es que la vida es un viaje lleno de imprevistos, y vale la pena recorrerlo con respaldo.
Celebrar la vida también es cuidarla
El Día de Muertos nos invita a recordar con amor, no con miedo.
Y una de las formas más bonitas de hacerlo, es seguir viviendo con responsabilidad y cuidado.
Un seguro de viaje no interrumpe tus planes: los respalda.
Te permite concentrarte en lo importante —el reencuentro, los altares, la tradición—, sabiendo que si algo sucede, no estarás desamparado.
Porque honrar a quienes ya no están también implica proteger a quienes seguimos aquí.
Cada trayecto, cada carretera y cada vuelo pueden convertirse en parte de una historia que continúa con seguridad y amor.
Y es que El Día de Muertos no sólo es un homenaje a la memoria, sino un recordatorio de lo valiosa que es la vida.
Y aunque las flores de cempasúchil marcan el camino de regreso de las almas, un seguro de viaje marca el camino de quienes seguimos viajando, viviendo y recordando.
En ACMES, te acompañamos para que sigas construyendo recuerdos, sabiendo que la vida —con todo lo que implica— también merece protección.


